Relájate con un agradable y relajante baño
Después de un día haciendo malabarismos con el trabajo, los niños y la hora del baño, un baño nocturno brinda la oportunidad perfecta para restaurar la calma y escapar del ruido del día. Para relajarte y aliviar la tensión, mantén un ritmo suave y concéntrate en tu respiración. ¿Quieres desconectarte por completo del mundo? Carga un reproductor de música con melodías chill-out para escuchar mientras nadas.
Realiza una desintoxicación digital
¿Adicto a las redes sociales y el teléfono? Los expertos sugieren que estar permanentemente “sintonizados” con la tecnología puede evitar que apaguemos nuestras mentes del estrés, las preocupaciones y las charlas. La solución es probar una desintoxicación digital. Dejando de revisar tu teléfono habitualmente y desterrando toda la tecnología (teléfonos, tabletas, etc.) de tu dormitorio.
Además, al iniciar tu entrenamiento, coloca tu teléfono en el casillero de natación y maximiza tu tiempo en la piscina, esto sera un escape perfecto sin tecnología.
Deshazte del azúcar
Cuando te estás cargando de adrenalina y te sientes agotado, los bocadillos azucarados pueden parecer una solución rápida y fácil. ¿La verdad? Causan estragos en tus niveles de azúcar en la sangre, haciéndote sentir agotado, irritable y ansioso.
En su lugar, opta por bocadillos con proteínas y grasas buenas para mantenerte satisfecho: la mantequilla de maní sin azúcar en rodajas de manzana, los anacardos y el aguacate en tostadas puede ser una buena opción. Y no caigas en la trampa de los productos bajos en grasa: la mayoría de los productos comerciales bajos en grasa están cargados de azúcar. ¿No puedes dejar las cosas dulces? En su lugar, intenta usar néctar de agave, un edulcorante natural de bajo IG.
Meditar
Olvídate de la etiqueta hippie, se ha demostrado que la meditación alivia la tensión y solo diez minutos son suficientes para cambiar tu estado de ánimo.
Prueba este sencillo ejercicio: Siéntate o acuéstate, con los ojos cerrados, y sigue el ascenso y descenso de tu propia respiración, concentrándote en tu respiración para vaciar tu mente de pensamientos. Si tu mente divaga, vuelve a concentrarte en tu respiración.